Asanas (Posturas)

Asanas es el nombre en sánscrito de las posturas de yoga. Originalmente, asana quería decir "asiento": la postura sentada en la cual los yoguis antiguos practicaban meditación. El yoga es, originalmente, un sistema físico y mental para el desarrollo espiritual y su práctica central es la meditación. El sabio Patanjali definió el yoga como "calmar los movimientos de la mente" en los Yoga Sutras. También en dicho texto Patanjali escribió sobre las asanas: "la postura en el yoga es estable y fácil".

El Raja yoga descrito por Patanjali busca el control de la mente para alcanzar la conciencia pura y con ella, la liberación del sufrimiento. Consiste en ocho elementos: yamas (principios éticos externos), niyamas (principios éticos internos), asanas (posturas), pranayama (respiración), pratyahara (recogimiento de los sentidos), dharana (concentración), dhyana (meditación) y samadhi (integración). Por tanto, las asanas son solo un elemento del yoga tradicional y se definían simplemente como una postura de meditación.




Más adelante, con una concepción más centrada en el cuerpo físico, textos como el Hatha Yoga Pradipika tomaron la palabra asanas y la convirtieron en ejercicios de yoga como parte del hatha yoga: un sistema de purificación del cuerpo con propósitos espirituales. Textos posteriores, como el Shiva Samhita y el Gheranda Samhita y la aparición de diferentes escuelas de yoga centradas en sus beneficios físicos, además del encuentro con otras técnicas occidentales, fueron aumentando el número de posturas. Existe un número indeterminado de posturas, pero algunos aseguran que más de 1000. Muchas toman sus nombres y características de la sabiduría del mundo natural: las montañas, los árboles, los animales, los ciclos de la vida. Podría decirse que las posturas pueden dividirse entre asanas de equilibrio, inversiones, flexión hacia adelante, flexión hacia atrás y torsiones, de acuerdo con sus principales beneficios. Sin embargo, hay otras clasificaciones, como posturas de pie, posturas de descanso, posturas de inicio, posturas de asiento, posturas de apertura, posturas de recogimiento, posturas de fuerza y posturas de rendición. Algunas estarán en más de una categoría y es fundamental combinarlas para tener una práctica más completa en términos de sus efectos. Cada escuela hace énfasis en unas pocas, que considera las más esenciales porque resumen los beneficios del yoga.

Las posturas de yoga tienen grandes beneficios físicos y mentales, muchos de los cuales han sido comprobados por la ciencia moderna occidental. Entre los beneficios físicos cabe destacar: un aumento en la flexibilidad, fortalecimiento de los músculos, mejoramiento del equilibrio, mejoramiento del sistema inmune, una mejor postura, aumento de la oxigenación de tejidos, mejoramiento de la circulación, fortalecimiento de los huesos, fortalecimiento del sistema cardiovascular, tonificación del sistema nervioso, regulación de la presión arterial, de los niveles de azúcar, colesterol y triglicéridos, mejoramiento de la digestión y del sistema respiratorio y disminución de los dolores de diferentes condiciones.




Favorecen también las capacidades cognitivas como la memoria y la concentración. Ayuda a dormir mejor, a disminuir los niveles de estrés, a controlar la ansiedad y mejorar el estado de ánimo. La práctica regular de yoga nos hace estar más sintonizados con el cuerpo, promoviendo mejores hábitos en diferentes aspectos de la vida. Las asanas, practicadas con conciencias, han ayudado a muchas personas a tener una mejor salud mental, con mayor equilibrio emocional, positivismo y autoestima. El yoga provee un sentimiento de plenitud y de integración con algo más grande, que forma parte del crecimiento espiritual asociado con el yoga. 

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